Tiendo a creer en las señales: mensajes, imágenes, metáforas
que “la vida” va poniendo en el camino y que bajo ciertas circunstancias y de
acuerdo también a específicos estados de ánimo e interpretaciones estrictamente
personales, adquieren significados que hacen cierto sentido. Lo tomo como un
juego, y como todo juego… siempre hay algo de verdad en él.
Pues bien, motivada por el asombroso avistamiento de medusas
en las costas antofagastinas, quise
averiguar más sobre estos curiosos ejemplares, encontrando profusa información
en Internet. He aquí algunas de las singularidades de estas criaturas acuáticas
que nadie sabe bien qué están haciendo en nuestro litoral y que están
invadiendo nuestras playas, nuestro verano y nuestro mar que tranquilo nos
baña.
1)
Las medusas son gelatinosas y además son
resbalosas al tacto. Son blandengues, careciendo de músculos y huesos y están
compuestas en un 95% por agua.
2)
Se dejan llevar por la corriente: a pesar de que
las medusas presentan cierta capacidad para moverse verticalmente en el agua,
no son sino el viento y la corriente marina, los que a menudo desempeñan un
papel vital en su desplazamiento.
3)
No tienen cerebro. Lo que resulta notable, si
consideramos que las medusas son una de las criaturas más antiguas de la tierra
y que en los más de 700 millones de años que llevan surcando los mares, han
sobrevivido perfectamente sin un órgano que centralice y gestione su sistema
nervioso.
4)
Sacan ronchas. Sí. Estos bichos pican. Sus largos
tentáculos están cargados de células urticantes. Por lo general, al contacto
con la piel, lo peor que sucede es un poco de dolor, picazón y una erupción que
puede durar algunas horas.
De este listado de peculiaridades de las medusas uno podría
inferir intrincadas interpretaciones: quizá resulta ser una buena alegoría para
describir ciertas características humanas; quizá funciona como una perfecta
ironía entender que estos seres están desembarcando en nuestras costas. Pero… ¿Servirá de algo buscarle la quinta pata al
gato? O mejor dicho ¿el quinto tentáculo a la medusa?
Me inclino a pensar que lo que uno deduce (de los otros, de
la naturaleza, de las experiencias de la vida) no es más que el espejo de uno
mismo. Por eso funciona el test de Rorschach (ese test de las manchas que le
hacen a uno cuando postula a algún trabajo). Nuestra vida nos refleja. Uno ve
lo que quiere ver. Escucha lo que quiere escuchar y entiende lo que quiere
entender. Porque lo cierto es que todo es mucho más simple y las medusas son
sólo eso: medusas.
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