(Columna publicada en El Mercurio de Antofagasta el sábado 14 de diciembre de 2013)
El camino más corto para cumplir los propios sueños es no traicionarse. Ser fiel a uno mismo. Pero ¿qué es ser fiel a uno mismo? La mejor forma que tengo para explicarlo es recurriendo a lo que he bautizado como los “momentos de lucidez”. Se trata de fugaces instantes en los que de pronto todo se nos muestra claro y evidente. Breves intervalos de tiempo en los que las dudas desaparecen, todo se ordena y se jerarquiza de una forma tan perfecta que la sensación interna es de absoluta claridad.
Sin embargo lo que he observado, es que más temprano que
tarde esos “momentos de lucidez” pasan, se van y se olvidan y todo vuelve a ser
como antes. Como señaló Stephen Covey en su aclamado best seller “Los siete hábitos de la gente altamente
efectiva”: “resulta increíblemente fácil
caer en la trampa de la actividad, en el ajetreo de la vida, trabajar cada vez
más para trepar por la escalera del éxito, y descubrir finalmente que está
apoyada en la pared equivocada.” Bueno, según mi interpretación, la pared
equivocada simboliza la traición a uno mismo, a nuestra propia esencia, a
nuestros propios deseos. La pared equivocada no son más que los sueños y las
expectativas de otros.
Una enfermera australiana llamada Bronnie Ware, trabajó durante
muchos años asistiendo a enfermos desahuciados a quienes los doctores habían
enviado a morir a la casa. En muchos sentidos ella fue una mujer privilegiada
porque pudo compartir los enriquecedores “momentos de lucidez” de los pacientes
que cuidó. A partir de su experiencia, escribió “Los 5 principales
remordimientos de los moribundos”. Y
ella misma relata que el lamento más común de todos, el arrepentimiento número
uno era el siguiente: “Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a
mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí”.
Honrar nuestros sueños es quizá el acto más valiente que
podemos hacer por nosotros mismos. Tratemos de atesorar los “momentos de
lucidez” y sobre todo, evitemos apoyar nuestra escalera en la pared equivocada.
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