En lo
personal, ésta no ha sido la mejor semana de mi vida. Fue más bien difícil.
Nada terrible. Pero sí difícil. ¿Quién no ha tenido semanas así? Semanas donde
todo parece un poquito menos ameno, menos simpático, menos dicharachero.
Estamos en el último mes del año y al
parecer eso es suficiente para hacer que los niveles de tolerancia bajen, que
la paciencia se acabe rapidito y que la buena onda se haya ido de vacaciones a
la Cochinchina.
Sin
embargo, algo mágico ocurre en los momentos en que las cosas no parecen ir del
todo bien. Uno se conecta con uno. Y muchas veces eso es lo único que basta
para empezar a ver la luz al final del túnel. ¿Por qué? Porque uno se vuelve
más consciente de lo que le ocurre; al volverse más consciente, uno se vuelve más dueño de uno mismo y al
volverse más dueño de uno mismo uno se empodera para buscar una salida y una
solución.
Para salir
de momentos así, creo que no hay recetas universales, cada uno debe buscar su
propio camino y su propia manera. Pero pienso que el primer paso para empezar a
movilizarse hacia un futuro mejor es sentir que de una u otra forma es uno el
que debe emprender el viaje.
Además, los
momentos difíciles tienen la cualidad de ayudarnos a separar la paja del trigo.
Lo verdaderamente importante emerge como lo verdaderamente importante. Todo lo
demás parecen castillos de hielo expuestos a pleno sol: pierden su forma, su
contextura y se derriten convirtiéndose en lo que realmente son: sólo agua.
Agua que se evapora y se va. En cambio lo importante no se evapora nunca. Y es en los momentos de dificultad cuando uno lo
ve de una forma mucho más obvia y evidente y se pregunta extrañado ¿Cómo pude
perder tanto la perspectiva?
Es que
muchas veces la perspectiva se pierde no más. La vista tiende a nublarse cuando
todo es fácil y bonito. No digo suceda que siempre ni que nos pase a todos.
Pero pasa. Seamos francos, cuando todo va bien ¿Qué necesidad hay de empoderarse y de
volverse consciente? Re-poca, la verdad. Me quedo con lo que dijo Einstein al
respecto: “La crisis es lo mejor que puede suceder porque la crisis trae
progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche
oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las
grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo, sin quedar superado".
Así las
cosas y pensándolo bien, creo que esta semana en realidad… ha sido una
bendición.
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