Pensamos a
veces que para tener una vida plena debemos buscar fuera de nosotros algo que
sentimos que nos falta. Cultivamos la permanente e inquietante sensación de que
estamos incompletos. Incluso, a veces, andamos tan perdidos que creemos que para
pasar un gran momento debemos vivir experiencias o tener cosas más bien
rimbombantes y pomposas. Pero sucede que de vez en cuando y por breves
instantes uno se centra y se ubica, de tal forma que logra saborear el
principio que se conoce como “La navaja de Ockham”, que señala que “en igualdad
de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta”.
Inspirada
en aquello, les comparto siete ideas fáciles y simples para pasar un gran
momento y para entender que la vida plena está al alcance de quien quiera.
1. Respira: profundo, con ganas,
inflando los pulmones a más no poder. Luego bota todo el aire, como si quedaras
vacío, seco, sin nada. Repite tres veces. Te sentirás en la gloria.
2. Escucha: como si hubieras tenido
tapones en los oídos toda la vida y hoy te los hubieran sacado. Escucha el
ladrido a lo lejos, el murmullo de los autos, el canto de los grillos, las olas
en la playa, el latido de tu corazón. Escucha también el silencio que hay entre
todo eso y sorpréndete.
3. Sonríe: sobre todo si crees que no tienes
una buena razón para hacerlo. Busca alguien a quien mostrarle tu sonrisa y
cuando esa persona te sonría de vuelta habrás encontrado la razón que creías que
no tenías.
4. Agradece: no hay sensación más tibia
y reconfortante que sentirse agradecido. Mira todo lo que has conseguido y todo lo que has aprendido en tu recorrido y
siéntete gratificado de los pasos que has dado, de las experiencias que has
tenido y de las personas que te han acompañado.
5. Recuerda: cierra los ojos y vuelve
al pasado que más te guste. Algún tiempo pretérito que te llene el alma de
alegría. Deja que cada célula de tu cuerpo reviva las sensaciones, los colores,
los olores y la emoción.
6. Imagina: inventa la realidad que
quieres vivir y quédate en ella por un rato. No seas mezquino con tu sueño,
piensa en grande y sin miedo. Y piensa que todo lo que nos rodea (autos, casas,
teléfonos, ropa… todo) fue, antes de convertirse en realidad, sólo una idea
imaginada.
7. Decide: Toma las riendas de tu vida,
empodérate y tírate a la piscina. Quizá te equivoques pero eso es siempre mejor
que quedarse eternamente en el limbo de la indecisión. Para avanzar hay que
elegir. Al escoger una opción, siempre desechas otros caminos. Confía en tu
instinto y nunca mires hacia atrás.
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